Bibiana Monje (Tenerife, 1983) actriz, directora, autora, cantante y, sin esperarlo, reeducadora del yo.

Por: Benahoare González y Nadia Castilla | Sindrome C Studio • Production & Communication

Desarrolla su trabajo entre Madrid, ciudad en la que reside actualmente y las islas, a las que acude -cada vez de manera más continua- con su obra ‘LACURA’, en pleno auge. Hemos aprovechado una de estas visitas a Tenerife para robar algo de su tiempo y poder conocerla más de cerca. Quedamos en la Sala de Arte de “La Ranilla Espacios” esta vez no para que interprete o dirija a su equipo, sino para que nos desvele algunos de sus secretos.

¿Cómo llevas estar entre península y las islas?

Estupendo. Para mi, tanto aquí como allá, lo bueno es no estar mucho rato. Te nutres de ambos sitios y eso está ‘guay’.

¿Qué fue lo que te llevó a crear tu compañía ‘Impulso’?

La idea de querer hacer algo mayor que mi personaje, que Bibiana Monje, de hacer algo que poco a poco fuera mayor que yo.  Esa fue la idea inicial.

¿Cómo era Bibiana Monje antes de ‘LACURA’?

Pues supongo que igual, pero más ‘trincada’. Ahora me siento más calmada, el haber hecho lo que quería me da una cierta tranquilidad.

Tu obra habla de tabúes… ¿de qué manera has percibido que ‘LACURA’ influye en quienes la ven? ¿Cómo crees que afecta tu obra al público?

Del todo no lo sé porque no todo el mundo me cuenta su feedback, entiendo que toca en los mismos núcleos que yo toqué. Pero creo que llega a lugares muy íntimos, que es lo que me interesa, y no de una manera violenta, sino al revés, como un dolor rico. Creo que sí, que está tocando, está moviendo y eso para mí es un honor y un regalo.

Estarás inmersa en otros proyectos además de ‘LACURA’.

Estoy escribiendo ‘Powerfull’, ahora mismo en total proceso de creación.

Y, cuando te pones a escribir una obra nueva ¿cómo es el proceso creativo? 

Pues yo creo que es la parte más dura, la parte más complicada, la más densa porque a veces, eso que se dice que depende de la inspiración de las musas… yo no sé de qué depende, todo es un batiburrillo que no tiene ni pies ni cabeza, pero de repente, un día encajas un rollo y es como: ¡hostia, que guay!.

¿Cómo surgió esta nueva obra? ¿Llevabas tiempo gestándola?

Llevo tiempo queriendo dirigir a otra gente, aunque en esta obra también voy a actuar. Además, quería hacer algo de teatro del absurdo y se me ofreció la oportunidad de estrenar el año que viene.

También estás con la película… ¿cómo la llevas?

Esperando, le faltan cuatro retoques y ya este año festivales, venta y distribución.

Actriz, directora, cine, teatro… ¿Cómo logras vivir “de esto”?

Es al revés, cómo logras que esto viva contigo. Al final todo tiene que ver con el lenguaje y cómo piensas. Y decir cómo puedo vivir yo de esto es de parásito y yo no quiero ser parásito, quiero ser creadora, quiero dar aquello que me gustaría que estuviera;  es lo que quiero hacer.

¿Qué te aporta cada faceta, por un lado el cine y por otro el teatro?

El cine es un espacio donde me quiero descubrir y últimamente tengo muchas ganas de hacer cine. Tengo mucha más trayectoria en el teatro que en el cine, pero es una puerta en la que quiero entrar a saco. Para mí son dos lenguajes diferentes, es como comunicarse o investigar la vida desde dos lugares diferentes. El teatro es como mucho más íntimo, hay una transformación en presente muy fuerte, no solo en el proceso de creación y de contacto con ‘la peña’, sino constantemente, en cada función. Y el cine es algo como mitología, como dejarlo ahí, en la mitología. Pero no lo sé porque estoy empezando en ese camino; eso es lo que intuyo. Cada rama artística me ofrece algo y siento que puedo ofrecer algo.

Y, ¿la música?

Pues hasta ahora lo que ha hecho ha sido transformar los estados que he tenido, cómo utilizarlos, sobre todo a nivel emocional, para canalizar un montón de cosas y descubrir paisajes emocionales y psicológicos sanadores, digamos. Pero justo en este proceso de fuerte cambio en mi vida, en estos últimos 4 años no he tenido proyectos musicales, así que, si ahora fuera a hacer uno sería un descubrimiento.

Conoce un poco más a Bibiana Monje: