Gladys Dominguez
Licenciada en Biología y Diplomada en Artes del Fuego

Al preguntar qué son las Artes del Fuego, lo primero que nos imaginamos son las historias de los cuentos del realismo mágico, los tragafuegos, los bailarines del fuego, espectáculos pirotécnicos o cualquier acto circense que nos maravilla porque el artista juega con el fuego, arriesgando, a veces, su propia seguridad.

En realidad, las Artes del Fuego son aquellas artes en cuya producción, campo de valores y proyección simbólica implican la presencia del fuego o del calor producido por éste, ya sea para provocar la transmutación de las materias como parte del proceso, para agregar o acentuar propiedades estéticas, o simplemente para satisfacer el espíritu creativo del artista que se vale del fuego o del calor producido por éste para expresar su forma de ver el mundo y su realidad.

Por lo anteriormente expuesto consideramos artes del fuego a las creaciones cerámicas, vítreas y las metálicas de la joyería artística. Cada obra es, en síntesis, la expresión del aprovechamiento de los efectos producidos por el fuego a cada material: fusión del vidrio, soldadura y ablandamiento de los metales para su manipulación o cocción de las arcillas, además del control del efecto del calor por parte del artista para comunicarse, para evocar atmósferas o para transmitir sentimientos mediante la transformación del vidrio, del metal o de las cerámicas.

Las  Artes del fuego son parte de lo que hoy denominamos Artes Plásticas, ya que son aquellas artes que utilizan materiales capaces de ser modificados o moldeados por el artista para crear una obra; son manifestaciones del ser humano que reflejan, con recursos plásticos, algún producto de su imaginación o de su visión de la realidad. Es por esto por lo que los artistas que utilizamos el fuego como medio de expresión y comunicación para cambiar las formas, añadir colores y plasticidad mediante la sugerencia de movimientos, somos identificados como artistas plásticos de las artes del fuego.

El fuego y la cerámica

Las piezas de cerámica se fabrican a partir de arcillas naturales y componentes minerales mezclados con aditivos de naturaleza diversa. Esta masa terrosa se moldea, se decora y se esmalta según el criterio artístico utilizado para su diseño. Posteriormente se somete a un proceso de cocción en una o varias etapas, lo que le proporciona a la pieza la dureza y estabilidad necesaria para perdurar en el tiempo. La temperatura para la cocción de la pieza oscila entre 850º y 1450º C. El fuego se hace presente por sí mismo a través del calor que genera, utilizando hornos especialmente diseñados para la cocción de las arcillas, bien sean industriales o caseros hechos con piedras y madera.

El fuego y el vidrio

Las piezas de vidrio se fabrican mediante el uso de una o varias láminas de vidrio superpuestas, decoradas o no con pigmentos naturales, pinturas esmaltadas, vidrio molido, hilos de vidrio, metales, etc., utilizando o no moldes para dar forma final a la pieza según el criterio artístico utilizado para su diseño. Una vez definida la pieza, se la somete a un proceso de fusión durante el cual la temperatura de la pieza vítrea oscila entre 600º y 1200º C, dependiendo de la técnica a utilizar. El fuego se hace presente, por sí mismo o en forma de calor, utilizando hornos especialmente diseñados para la fusión del vidrio.

El fuego y los metales

Las piezas de orfebrería se fabrican utilizando metales tales como oro, plata, cobre, bronce, latón o aleaciones de éstos, en forma de láminas o de hilos, fundiéndolas y/o modelándolas mediante el uso del fuego directo en forma de llama para luego martillarlas, labrarlas, moldearlas, fusionarlas, etc. La temperatura para trabajar los metales en orfebrería oscila entre 880º y 1100º C, dependiendo del metal o de la aleación utilizada.

El artista del fuego, como artista al fin, responde a una necesidad de su yo. Se responde a sí mismo y convierte esa necesidad en la creación de una pieza original al agregarle al cerebro y a las manos, el corazón y el fuego, y así dar rienda suelta a su imaginación y a su creatividad, materializando su idea en una obra artística que lleva en su interior el calor del fuego.