[ENTREVISTA]

Gustavo A. Trujillo Delgado, compositor canario residente en Holanda desde 1993.

Lo que en un principio iba a ser solo unos cuantos años para estudiar música en los conservatorios de Rotterdam y Amsterdam, se han convertido casi en veinticinco. En la actualidad, es profesor de Teoría de la Música en el Conservatorio de Ámsterdam, asesor artístico de PA’dam, conferenciante, arreglista y compositor freelance. Un orotavense que a pesar de haber abrazado la cultura centroeuropea y sentirse cómodo en los Paises Bajos no deja de reconocer sus raíces isleñas.

Gustavo, después de tantos años fuera, ¿Cómo influye Canarias en tu obra?
—¡En todos los aspectos! Mi música es producto de mi personalidad, y esa personalidad está muy marcada por mi “canariedad”. El hecho de llevar muchísimo tiempo fuera de las islas me ha llevado a reflexionar profundamente sobre mi identidad tanto artística como personal.

Salí de Canarias, como muchos otros, con una gran frustración y rechazo a las islas. En Holanda traté de integrarme y abrazar la cultura centroeuropea, y por un tiempo llegué a ser más holandés que los holandeses. Pero poco a poco, empezaron a surgir conflictos en mi personalidad, que hicieron darme cuenta de la enorme e inevitable influencia de mis raíces isleñas.

Una gran parte de este conflicto afectó también a mi música: de un estilo marcadamente europeo y muy elitista/minoritario pasé a interesarme más y más por la música y tradiciones de las islas, pero también por su paisaje, por el carácter de sus gentes, por las contradicciones, virtudes y defectos de los canarios (que al final resultaron ser los míos propios).

Hoy en día, toda mi música está marcada por esos “genes” canarios, por la música tradicional, por los paisajes abruptos y siempre cambiantes, por la suavidad y la agresividad del entorno de las islas.

Ahora, me defino como un “holandés de medianías”, o como un “mago del pólder”.

¿Cuál es la situación y el futuro del panorama compositivo en las Islas?
—El panorama compositivo y musical, en general, de las islas depende totalmente de nosotros mismos, y sobre todo nuestros políticos, queramos y quieran hacer con él.

El talento musical que hay en Canarias es inmenso. No deja de sorprenderme la cantidad y calidad de los músicos que salen de las islas. Estando en un entorno tan pequeño y tan aislado, este talento sólo se explica por el arraigo que tiene la música (popular) entre nosotros. La música es parte integral de nuestra cultura y nuestra vida: tocar un instrumento o cantar (aunque solo sea en las romerías) es imprescindible para un canario.

Lo que sigue siendo una pena es que muchos jóvenes músicos tengan que salir fuera por la imposibilidad de desarrollar su talento aquí. Cada año llegan al Conservatorio de Ámsterdam, y otros conservatorios europeos, decenas de estudiantes canarios con un nivel altísimo, pero que se han aburrido de la falta de apoyos, sobre todo institucional, para desarrollar su carrera.

Lo curioso es que el nivel de los conservatorios canarios ha subido mucho en los últimos 20 años, y no tiene nada que envidiar a lo que hay en Europa.

Hace un par de años hubo una vergonzosa polémica alrededor del Festival de Música de Canarias que le colocó en el panorama internacional de la forma más negativa. La inclusión de los músicos, compositores y conjuntos canarios en este festival refleja la más absoluta ignorancia y desprecio hacia la música y los músicos de las islas. Como suele suceder, se aprecia más al músico que viene de fuera -la mayoría de las veces mediocre, pero aupado por el marketing- en detrimento del músico de aquí, al que se le regatea el respeto y un salario digno. Si entre todos conseguimos cambiar esta actitud «snob», Canarias se puede convertir en la cuna y cantera de los futuros músicos internacionales.

¿Por qué la composición?
—Desde muy pequeño me gustó escribir música, tanto arreglos y transcripciones de canciones como “obras” originales. Nunca me planteé convertirme en compositor, yo iba primero para odontólogo y luego para astrofísico, pero siempre me gustó ver la música escrita sobre papel, plasmar lo que más o menos oía en mi cabeza y sentir el hecho físico de “escribir” las notas, ver la música sobre el papel.

Eres clarinetista ¿Cómo y cuándo surge el deseo de convertirte en autor?
—El clarinete siempre fue, en realidad, una excusa para hacer y aprender música. Hasta los 16 años no me planteé dedicarme profesionalmente a ella. Fue por un concierto, mi primero, del Festival de Música de Canarias que de pronto lo tuve claro. En esa ocasión actuaba la Orquesta de Leningrado, con un programa que incluía obras (para mi totalmente desconocidas) de Stravinsky y Bartok. Ya durante el concierto sentí que algo cambiaba dentro de mi. Con el aplauso final desapareció cualquier duda: yo quería escribir música como aquella, y aprender a producir y transmitir emociones como las que aquella música me había transmitido y producido. A partir de ese momento, toda mi vida empezó a girar en torno a un único objetivo: ser compositor. Acabé la carrera de clarinete sólo para tener un título y salir a estudiar composición fuera y, por diversos motivos, recalé en Holanda.

Descríbenos un proceso compositivo. ¿Cómo comienza todo?
—En general, podemos decir que hay dos formas básicas de componer: se puede empezar con una idea musical, un tema o motivo que va desarrollándose y creciendo hasta dar forma a la obra. O se puede empezar con un concepto o forma general, que luego se va “rellenando”, poniendo los detalles que conforman la personalidad y carácter de la composición.

En mi caso, uso un poco de ambas técnicas. Suelo empezar con un motivo rítmico o melódico bastante limitado. Luego, a base de repetición y variación, esa primera idea crece muy rápido hasta formar un “bloque” de música con a veces una duración de 20 o 30 minutos. A partir de ahí, empiezo a escuchar lo que ese material quiere y necesita, intento seguir el camino que la música misma quiere tomar. Y empiezo a pulir, a depurar, a quitar lo que sobra y rellenar lo que falta… esos 20 minutos originales suelen quedarse al final del proceso en 4 o 5 minutos de música real.

Me gusta mucho una frase que se atribuye al gran Micheangelo: “Esculpir es fácil. Solo hay que coger un bloque de mármol y luego quitar todo lo que sobra”. Mi forma de componer es muy similar.

¿Qué aspectos de tu vida y del mundo que te rodea sirven de chispa para comenzar a trabajar en algo?
—Mi vida y el mundo a mi alrededor no son tanto una “chispa”, sino más bien una parte fundamental de mi personalidad. Las “influencias” internas y externas son solo relevantes en la medida en que han modelado (y modelan) mi carácter y personalidad, y solo afectan a mi música a través de mi personalidad artística, de una forma totalmente inconsciente e incontrolada. Cuando empiezo a escribir, nunca se qué dirección va a tomar la obra, qué aspectos de mi personalidad van a salir a relucir.

Al final, es la música misma la que decide qué es lo que quiere decir, qué emociones quiere reflejar, qué aspectos quiere destacar o ocultar.

¿Existe diferencia entre componer por encargo o por inspiración propia?
—No, para mi no hay diferencia entre “inspiración” y “encargo”. Soy muy afortunado de recibir encargos constantemente, prácticamente no compongo nada “por mi mismo”. Eso si, solo acepto encargos que me llamen la atención, que me inspiren para ponerme a trabajar y dedicar incontables horas a la realización de una partitura.  Podríamos decir que la “inspiración” y la motivación vienen siempre dadas por la naturaleza misma del encargo.

¿Tienes alguna escuela, tendencia o autor predilecto?
—Es una pregunta muy difícil de contestar. En principio, puedo decir que me gusta todo tipo de música. Algunos estilos influyen mas que otros en mi técnica compositiva, pero no tengo especial predilección por uno u otro.

Cada obra requiere una o varias técnicas especificas, al igual que distintos estados de animo requieren diferentes tipos de música. En mis obras es posible descubrir todo tipo de influencias, técnicas y referencias: desde polifonía renacentista hasta música electrónica (EDM) y folclórica, pasando por compositores tan dispares como Bach, Mahler o Reich.

La predilección, tanto técnica como personal, por un estilo o compositor concreto cambia y evoluciona con el tiempo. Al principio de mi carrera me fascinó Stravinsky; durante mis estudios en Ámsterdam sentí gran atracción por los polifonistas del renacimiento; en mi época en Rotterdam mis gustos se dirigieron hacia la música electrónica y el tecno. Y ahora mismo estoy fascinado por la música de George Benjamin: su última opera, “Lesson in Love and Violence”, me causo una profunda impresión, y emociones que hacía mucho que no sentía.

Dentro de un año probablemente la respuesta a esta pregunta sea muy distinta!

¿En qué te encuentras trabajando actualmente?
—En este momento tengo varios proyectos entre manos: una colección de temas flamencos para banda sinfónica y guitarra, una obra para violoncello solo basada en poemas de García Lorca, varios arreglos vocales e instrumentales de música popular canaria…. Pero el más importante sea quizás un encargo del Festival de Música Contemporánea de Tenerife: un concierto para cuatro percusionistas y gran orquesta, que será estrenado en 2020 por la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

 

Curriculum Vitae

Nacido en La Orotava (Tenerife) en 1972, Gustavo comienza sus estudios musicales en la Academia de la Agrupación Musical Orotava, continuándolos en el Conservatorio Superior de Música de Santa Cruz de Tenerife.

Tras obtener el titulo de profesor de clarinete en 1993, se traslada a los Países Bajos, donde estudia composición, teoría de la música, instrumentación y música electroacústica en los conservatorios de Ámsterdam y Rotterdam. Entre sus muchos profesores destacan D. Manneke y K. de Vries (composición), T. Verbey (instrumentación),  R. Uijlenhoet (música electroacústica) y P. van Deurzen y P.J. Wagemans (Teoría de la música).

Durante este tiempo realiza diversos cursos de perfeccionamiento y especialización con profesores tan diversos como K.H. Stockhausen, P. Boulez, L. Andriessen, L. Balada, T. Johnson, Polo Ortí y J. Darias, Además, estudia  Teoría de la Música Karnática (India) con R. Reina, y realiza, becado por el Conservatorio de Ámsterdam, un viaje de estudios a Gambia.

También en esta época funda PA’dam Chamber Choir junto a la directora Maria van Nieukerken.

El nombre de Gustavo Trujillo empezó a llamar la atención al ser seleccionado en años consecutivos para los prestigiosos concursos Jonge Componisten Project (2000) y Gaudeamus Concours (2001). Desde entonces compone casi exclusivamente por encargo, tanto para grupos y solistas profesionales como para estudiantes y formaciones de aficionados.

Típico compositor de la “Escuela de Rotterdam”, su creación se caracteriza por una fuerte influencia del folclore canario, y abarca una gran variedad de estilos y formaciones: música de cámara y vocal, orquesta, opera, música electrónica, danza, video-arte y música incidental para teatro, cine y televisión.

Gustavo siente especial predilección por el reto de arreglar y adaptar música de otros compositores, destacando su “recomposición” de las Variaciones Goldberg de Bach para coro y orquesta, realizada para PA’dam Chamber Choir y recientemente publicada por el sello Cobra Records.

Desde 2000, cuando fue invitado a formar parte del departamento de teoría de la música del Conservatorio de Rotterdam, Gustavo compagina su actividad creativa con una incesante actividad pedagógica. Especializado en análisis, armonía, arreglos y composición, casi 15 años en conservatorios del más alto nivel le dan una amplísima experiencia docente. Además, Gustavo se ha ganado una sólida reputación con sus artículos, conferencias y charlas de introducción a conciertos.

En 2017 fue nombrado “Músico de Honor” del Festival de Música de Cámara Villa de La Orotava.

En la actualidad Gustavo Trujillo reside en Ámsterdam, es profesor de teoría de la música en el Conservatorio de Ámsterdam, asesor artístico de PA’dam y conferenciante, arreglista y compositor freelance.

Gustavo colabora habitualmente con diversas entidades y grupos musicales: Mahler Chamber Orchestra, Auditorio de Tenerife, Nederlands Balletorkest, Quantum Ensemble, Coral Reyes Bar

Conoce más a Gustavo Trujillo a través de su canal de YouTube