Gladys Dominguez
Licenciada en Biología y Diplomada en Artes del Fuego
En el número anterior de Chinegua hablamos sobre las Artes del Fuego en general. A partir de este artículo esbozaremos la historia y las características de cada una de las disciplinas artísticas que utilizan el fuego como instrumento modelador, en algunos casos, o, como herramienta, en otros. Tal es el caso de la orfebrería, que utiliza el fuego como herramienta en forma de llama para ablandar, fundir o alear los metales.
La palabra orfebrería procede el latín auri (oro) y faber (fabricador), por lo que el orfebre era originalmente un fabricador de piezas de oro. Luego los orfebres incorporaron la plata, el cobre, el latón, y otros metales. Hoy en día también se utilizan materiales no convencionales como como textiles, polímeros, plástico o vidrio, para complementar los metales y así enriquecer la obra artística.
La historia de la orfebrería camina junto a la historia de la humanidad, en todos los lugares donde estuvieran presentes los metales. Las técnicas utilizadas eran muy semejantes, todas eran creadas para poder manipular la materia prima principal, el metal, en cualquiera de sus composiciones químicas. En estas creaciones además de su valor estético, podemos reconocer a los pueblos, sus culturas, normas, creencias, situación económica en cada momento histórico… en fin, la esencia de cada una de las sociedades humanas con acceso al metal.
Las técnicas empleadas en el trabajo de los metales fueron muy sencillas al inicio. El martillado en frío proporcionaba láminas e hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, aún en una época temprana de la historia de la humanidad, se utilizó el calentado, por la llama directa, para ablandar el metal y poderlo forjar y la fusión para poder realizar aleaciones o para fusionar elementos a las piezas. Los avances técnicos supusieron una diversificación de las formas.
Los orfebres necesitan adquirir un conjunto de habilidades y técnicas para la confección de sus obras, entre ellas: la forja, la fundición, el corte, el repujado, el cincelado, la soldadura, el grabado, el engastado de piedras preciosas o semipreciosas, el esmaltado, el pulido, el grabado en todas sus formas, y muchas más. El orfebre además de haber adquirido la capacidad de manipular los metales con las diferentes técnicas, debe poseer un conocimiento profundo de las propiedades y características físico-químicas de los metales. Todos estos conocimientos y técnicas varían poco de las que fueron desarrolladas por los antiguos y perfeccionadas por los artistas del Renacimiento hasta nuestros días, solo algunas han sido mejoradas y en algunos casos cambiadas por la tecnología.
La orfebrería es, como todo trabajo artístico, una labor de diseño y fabricación de obras en las que el orfebre, imprime su estilo personal, sus emociones, la forma en la que lo afecta su entorno, sus creencias, la sociedad en general; interpretando cómo responde el metal a las diferentes técnicas de acuerdo a su composición, para que éste pase de su estado original a ser una obra de arte con el alma del artista en su interior.